Una de las preguntas más comunes al hablar de las adicciones es conocer cuándo exactamente el hábito o costumbre de realizar una actividad pasa a ser una adicción. ¿Cómo saber que se es adicto y cuándo deberíamos preocuparnos?
Características de la adicción a las drogas
Bien es sabido que cada persona es diferente, pero cuando una persona presenta un problema de adicción a las drogas suele manifestar unas características y síntomas comunes:
- Cambia su conducta y comportamiento: se aísla y desaparece la comunicación con la familia. Altera los horarios y ritmo de vida, falta a su trabajo o a clase, altera su sueño y horarios de comidas… y su comportamiento se vuelve impulsivo y poco reflexivo.
- Problemas financieros: Empieza a faltar dinero y objetos en casa.
- Cambia su estado de ánimo y salud psicológica: Se muestra más irritable, apático y desmotivado. Tiene dificultades de atención, concentración y memoria. Es común que mienta y manipule su discurso y el de otros para evitar que se descubra su problema.
- Se deteriora su salud física: Comienza a sentir una falta de energía y motivación por hacer cosas. Se altera el apetito y, en consecuencia, el peso.
- Fracasa en los estudios y/o pierde el empleo. Ausencia continua a clase o al trabajo. Desinterés por los estudios o disminución del desempeño en el trabajo.
Cuando hablamos de adicción automáticamente pensamos en drogas, sin embargo, dentro de la adicción podemos diferenciar adicción a sustancias (tabaco, alcohol, cocaína, …) o adicción a comportamientos (juego, sexo, compras, …). Indudablemente, dependiendo del tipo de sustancia o comportamiento que consume una persona, los síntomas y signos varían. Pero una característica común a ellas es que la persona sólo siente bienestar cuando consume, por lo que a lo largo de su historia de consumo la sustancia o comportamiento acaba convirtiéndose en el centro de la vida de esa persona dirigiéndola en todo.
Cómo se desarrolla la adicción a las drogas
Muchas investigaciones han tratado de encontrar el origen de la adicción y cómo un consumo llega a convertirse en una adicción. Resulta difícil definir un solo factor como el más posible, ya que interactúan diversos factores al mismo tiempo. Algunos de estos factores son de origen psicológico como el estrés, la ansiedad y la depresión. Otros factores vienen determinados por la personalidad de la persona. Una personalidad impulsiva o con necesidad de encontrar nuevas sensaciones, aumentan el riesgo de tener un trastorno adictivo. Y otro factor relevante es la predisposición genética. Lo que si está claro que en el desarrollo de esta enfermedad intervienen tres factores: psicológicos, tipo de sustancia o comportamiento y sociales.
El contexto familiar y el ambiente social en el que vive una persona influye también en su camino hacia la adicción. Si una persona reside en un lugar donde hay problemas familiares o en un ambiente social que está muy expuesto a cualquier tipo de adicción o comportamiento adictivo existe un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, indudablemente la accesibilidad es un factor importante que facilita su consumo.
Otro de los factores que influyen en la aparición muy estudiados ha sido la predisposición genética. Se calcula que un 50% de la vulnerabilidad de una persona a desarrollar la adicción procede de origen genético.
Cuanto mayor sea el número de factores de riesgo, mayores serán las posibilidades de llegar a consumir droga o elaborar un comportamiento adictivo de forma continua y terminar en una dependencia o adicción.
Para evitar esos factores de riesgo, hay que utilizar factores protectores. En la infancia los factores protectores algunos de los factores pueden ser vivir un ambiente respetuoso y de unión, recibir apoyo y presencia de los padres y crecer con un vínculo afectivo con los padres. En una etapa más adolescente y adulta, factores como tener una alta autoestima, habilidades sociales, facilidad de comunicación y practicar conductas y hábitos familiares saludables suele ayudar en la prevención de la aparición de esta enfermedad. Es fundamental el desarrollo de una personalidad equilibrada que cuente con recursos de regulación emocional para la prevención de la adicción, puesto que el adicto no hace otra cosa que intentar regularse emocionalmente a través de sustancias o comportamientos porque en su repertorio no cuenta recursos saludables para abordar los cambios emocionales que sufrimos todos cada día.
Centro de adicción a las drogas
Si quieres saber exactamente si una persona es adicta, es necesario realizarle una valoración. También es posible conocer el nivel de la adicción conociendo los deterioros que ha sufrido su vida en todos los aspectos: personales, sociales, laborales, de ocio y tiempo libre, familiares y afectivos. Solo el hecho de consumir una sustancia o comportamiento no convierte a la persona en adicto, ni siquiera el hecho de mantenerse abstinente unos meses nos indica el grado de adicción o motivación hacia su recuperación, lo definitivo para saber si existe este problema es el nivel de deterioro de su vida y el indicador de la motivación de la persona hacia su recuperación es el esfuerzo que está dispuesto a realizar y realiza para lograr recuperar un estilo de vida normalizado. Es relativamente sencillo ver comportamientos anómalos en otras personas, pero, es más difícil ver el comportamiento en uno mismo. Es muy recomendable consultar al personal especializado, ya sean médicos o psicólogos para que establezca pautas de tratamiento par a la recuperación y rehabilitación del enfermo adicto.